* Este artículo es el resumen del webinar #RHparalaExcelencia: Contratación y Gestión de Personas con Discapacidad, en el que conversamos con Sandra Álvarez, Coordinadora Técnica de Pacto de Productividad, y con Carlos René Galindo, Director de Gestión Humana de Juan Valdez Café. Puedes ver el webinar completo más abajo en esta publicación.
En el ya bastante difícil escenario laboral latinoamericano, hay una población para la que el trabajo es un tema particularmente complicado: las personas con discapacidad (PCD).
De acuerdo con Sandra Álvarez, Coordinadora Técnica de Pacto de Productividad, una iniciativa público-privada que acompaña a las empresas en programas de inclusión laboral de personas discapacitadas, América Latina y el Caribe han excluido históricamente a esta población.
Por ejemplo, el 7,2% de los colombianos tienen discapacidad y el porcentaje de desempleo para ellos es superior al 70%.
Esto se debe a que en el sector empresarial hay un gran desconocimiento sobre qué tareas pueden desarrollar, cómo hacer procesos de selección para ellos, cómo gestionar su día a día y qué parámetros usar para medir su gestión.
Pero, además, hay muchas PCD que no se atreven a dar el paso al mundo laboral, pues no han tenido el acompañamiento para entender cómo pueden aportar sus habilidades en una empresa.
La compañía colombiana Juan Valdez Café lanzó en 2006 su programa Amigos del Alma, acompañados por la fundación Best Buddies Colombia, experta en inclusión de personas con discapacidad. Gracias a este programa han contratado a decenas de empleados con capacidades diversas. Actualmente, 68 personas con discapacidad cognitiva trabajan en Juan Valdez Café.
De acuerdo con Carlos René Galindo, Director de Gestión Humana de esta empresa cafetera, una de las claves para desarrollar este proceso es entender que no son personas enfermas, sino con condiciones particulares que hacen que sus procesos de aprendizaje y/o ejecución sean diferentes, pero que con las adaptaciones necesarias, pueden acoplarse al mercado laboral.
Actualmente se reconocen siete categorías de discapacidad:
Tanto Sandra como Carlos René resaltan la importancia de emprender procesos pedagógicos y de sensibilización para que las empresas entiendan que ser incluyentes con la discapacidad no solo es posible, sino que trae grandes beneficios a la compañía, a estos colaboradores y a sus familias.
Esta sensibilización debe empezar con un propósito claro, con el que todos los niveles de la organización se comprometan.
Por ejemplo, el propósito de Juan Valdez con sus programas de inclusión laboral es “dar una oportunidad de vida a partir de una vinculación laboral, generando vínculos de confianza y de credibilidad, trascendiendo en sus vidas, las de sus familias y las de los equipos de trabajo”.
Y, en ese sentido, los esfuerzos por la inclusión laboral de personas con discapacidad se deben entender como un medio de creación de valor y productividad, no de altruismo.
Es decir, las personas con discapacidad tienen los mismos derechos que cualquier trabajador, pero también se comprometen con unos deberes y labores que potenciarán la competitividad de la organización.
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Si una empresa ya hizo el cambio de chip y está decidida a contratar a PCD, es fundamental que se una a un aliado estratégico, como Pacto de Productividad o Best Buddies.
Como recalcan Sandra y Carlos, aunque haya muy buena voluntad, si no se tiene experticia en las características de esta población, el proceso de selección y la vinculación laboral podrían incluir errores que generen malas experiencias.
“Por la emoción de incluir estos proyectos en las organizaciones, también podemos cometer ciertos sesgos en la entrevista, dejando de lado la rigurosidad que debe tener el proceso de selección. Igual al candidato hay que evaluarlo como una persona que debe tener unas motivaciones, capacidades y contexto idóneo para ingresar a la compañía y agregar valor”, dice Sebastián Henao, CEO de Globalwork.
La gran ventaja de contar con aliados estratégicos es que ellos asesoran en cada paso hasta generar capacidad instalada en la compañía.
Para que este proceso sea exitoso, es necesario hacer los ajustes pertinentes para que las PCD compitan en las mismas condiciones. Por ejemplo, si se trata de una persona sorda, llevar a un traductor para que se pueda comunicar correctamente.
Además, Sandra recomienda que se incluyan assessment centers o pruebas de ejecución, en lugar de pruebas psicotécnicas, para evaluar cómo se desarrollaría el candidato.
“Estos procesos de selección deben ser basados en competencias. Lo que se debe valorar no es si la persona ve o no ve, o escucha o no escucha, sino si tiene la competencia para el cargo al cual se ha presentado”, indica Sandra.
Finalmente, es necesario evaluar si la persona reconoce su discapacidad desde el empoderamiento y si cuenta con la autonomía suficiente para tomar decisiones, desplazarse al lugar de trabajo, etc.
Y una vez entren a la compañía, se deben hacer los ajustes razonables para que puedan realizar sus labores sin inconvenientes.
En Globalwork hemos desarrollado una Plataforma de Bienestar Emocional en la que los colaboradores pueden recibir acompañamiento de profesionales en Psicología. Conócela agendando una demostración AQUÍ.
Este es un proceso que debe sensibilizar y generar pedagogía en todas las áreas de la organización, pero que da sus frutos.
Así resume Carlos René los resultados de Amigos del Alma en sus 15 años: “Se han fortalecido lazos de fraternidad entre el equipo de trabajo. Es muy satisfactorio y gratificante cómo los equipos están pendientes de ellos (de las PCD). Cómo real y genuinamente se preocupan por enseñar y por acompañar”.
Si llegaste hasta aquí es porque algo te dice que este puede ser el camino en tu empresa. Esperamos que la voz de Sandra y Carlos te anime a tomar una decisión informada y empática en favor de la inclusión laboral de personas con discapacidad.
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