Las empresas son los seres humanos que las componen. Y entre mayor equilibrio haya en el cuerpo, la mente y las emociones de cada colaborador, el bienestar de la compañía mejorará. Sin embargo, hay momentos límite dentro y fuera del trabajo que generan crisis emocionales en los empleados.
Es en estos puntos en los que las personas más necesitan un acompañamiento empático y profesional y las compañías deben estar preparadas para proporcionarlo.
Este artículo es un resumen de nuestro webinar ¿Cómo Gestionar a Empleados en Crisis?, que realizamos junto a WorkUniversity en el que invitamos a Nayleen Molero, Total Reward Specialist de Accenture.
Aquí puedes verlo completo:
Una crisis surge cuando una situación lleva a las personas al límite, haciendo que sus mecanismos de afrontación de problemas resulten ineficientes, generando un desequilibrio y una inadaptación psicológica.
Los efectos de las crisis van en tres vías y responden a un intento desesperado del cuerpo y la mente de responder a una amenaza que le genera estrés.
La crisis emocional más frecuente en el trabajo es la que se genera por estrés laboral: se desata por una alta exigencia (propia o externa), situaciones de abuso de superiores o pares y niveles elevados de competitividad.
Pero estas no son las únicas, también pueden darse por violencia intrafamiliar, enfermedades, accidentes, etc.
Estas situaciones se dividen en cuatro fases: preimpacto, alerta, alarma y período de crisis, cada una con sus síntomas particulares. Sin embargo, es posible definir señales que deben llamar la atención de los líderes y el área de Recursos Humanos:
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Una de las crisis laborales más profundas es el síndrome del quemado o burnout: un estado extremo de agotamiento físico, mental y emocional en el que se pierde el interés por las tareas y el sentido de la responsabilidad. En algunas situaciones puede llevar a depresiones profundas.
Este síndrome se da cuando las personas asumen todas las tareas, cargan un estrés excesivo, trabajan a deshoras y descuidan su vida personal, bien sea por motivación individual o por presión de sus jefes.
Entre los síntomas más representativos están la fatiga, insomnio, desbordamiento negativo, depresión, ansiedad, abuso de sustancias, colesterol alto, migraña y desorden alimenticio.
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De acuerdo con Nayleen Molero, es casi imposible evitar una crisis, pues sus causas son múltiples y, cuando ocurren, se bloquean todos los recursos que los empleados tienen para afrontarlas, incluso se puede llegar a estados de despersonalización.
Lo que sí se puede y se debe hacer, es fortalecer la salud emocional de la compañía. Estos son los pasos recomendados por nuestra experta invitada:
Todos estos pasos deben estar en el marco de un protocolo de manejo de crisis pensado para disminuir los impactos negativos.
Este protocolo debe construirlo el departamento de Recursos Humanos, sin importar el tamaño de la compañía, teniendo en cuenta estas consideraciones:
Las crisis son periodos pasajeros en los que la empresa debe mostrar toda su humanidad y empatía para ayudar a sus colaboradores. Y este acompañamiento se verá bien recompensado, pues las personas sabrán que hacen parte de un equipo en el que pueden confiar y en el que vale la pena trabajar.
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Nayleen Molero nos compartió este video sobre la importancia de hablar abiertamente sobre la salud emocional, esperamos que lo disfrutes.
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